¿Alguna vez has escuchado a alguien decir “me duelen las piernas como si tuviera agujetas” o “me duelen las piernas por dentro”? Esa persona nos está describiendo, de manera coloquial (pero bastante gráfica), que siente pequeños pinchazos en los músculos de sus extremidades inferiores, similares a los que se sienten con los desgarros de microfibras musculares, que solemos nombrar como “agujetas”. Varias son las causas para este dolor, principalmente tras haber entrenado, pero también cuando no entrenamos. Descubramos cuáles son.
Antes de analizar qué causa ese dolor similar al de las agujetas, te aconsejamos que siempre consultes con el médico para determinar el porqué de este dolor, especialmente si lo notas durante varios días.
Causas por las que te pueden doler las piernas tras entrenar
El dolor muscular en las piernas debido al entrenamiento puede tener varias causas aunque 5 son las principales.
Agujetas
Generalmente si entrenas y sientes dolor como si fueran agujetas, posiblemente este sea realmente la causa de dicha molestia. Las fibras musculares se dañan durante el entrenamiento intenso y duro para que se reparen y se fortalezcan, lo que da como resultado un aumento del volumen, la fuerza y la resistencia. Estos breves descansos, también conocidos como “agujetas”, variarán en intensidad según la experiencia previa, la condición física y el tipo de ejercicio.
Daño muscular
El dolor de una lesión muscular, como un desgarro fibrilar, por lo general te impide hacer ejercicio. El grado de rotura de la fibra muscular en este momento, que a veces se denomina “punción“, determinará la gravedad de la lesión.
Debes consultar a un especialista para determinar la causa del dolor e iniciar el tratamiento necesario si no desaparece.
Sobrecarga en los músculos
A veces, lo que parece ser una lesión es simplemente un caso de músculos sobrecargados. Presionar y ejercitar el área sobrecargada de la pierna hace que se sienta duro y doloroso.
Aunque las que se encuentran en áreas que soportan el peso corporal pueden tardar más en recuperarse, las sobrecargas más leves generalmente se alivian 4 o 5 días después de que se manifiestan por primera vez.
Endurecimiento muscular
Una contracción muscular no intencional conocida como contractura es aquella que persiste en el tiempo y causa dolor, hinchazón y dificultad para mover el área afectada. Por lo general, sucede después de hacer un gran esfuerzo inadecuado.
Numerosos grupos de músculos pueden ocasionalmente experimentar dolor que se extiende a las áreas cercanas. En la contractura será visible un bulto si la fibra es muy superficial, mientras que en la rotura no hay cambio o, en todo caso, un agujero, visible a simple vista.
Deficiencia de minerales
Las deficiencias nutricionales, como la falta de calcio, magnesio, potasio o sodio, tienen un impacto directo en la rapidez con que sana nuestro cuerpo. Cuando los niveles del cuerpo de estos minerales son bajos, somos mucho más susceptibles a los calambres musculares, que se manifiestan como dolor muscular en las piernas. Puedes tomar algún multivitamínico que te recete el médico y que cubra tus necesidades nutricionales, además de llevar una dieta equilibrada y rica en alimentos saludables.
¿Y en el caso de que no haga ejercicio o no entrene? Existen también varias razones por las que le pueden doler las piernas.
Causas por las que te pueden doler las piernas cuando no entrenas
De hecho, existen bastantes causas que pueden ser responsables cuando el dolor de piernas aparece por primera vez en reposo y sin ejercicio previo. Debes consultar a un médico para determinar la causa, dado que tal y como vas a ver a continuación, subyacen muchas causas potenciales y, en algunas circunstancias, pueden provocar otros síntomas más graves que es mejor que sean tratadas por el médico.
Estas son algunas de las causas más típicas.
- Flujo sanguíneo ineficiente.
- Debido al crecimiento óseo en niños y adolescentes.
- Miositis o inflamación muscular.
- Tenosinovitis (inflamación del revestimiento de la vaina del tendón).
- Un absceso en el muslo.
- Fibromialgia.
- Artrosis o artritis.
- Cambios en la columna, incluyendo estenosis, espondilolistesis y hernias discales.
- Malestar de ciática.
No dejes de acudir a un especialista en cualquiera de estas situaciones antes de que el dolor empeore o empiecen a aparecer otros síntomas.